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miércoles, 26 de enero de 2011

Visitantes extraterrestres

No hace mucho que el científico Stephen Hawking nos sorprendía con las declaraciones de vida extraterrestre y de la inexistencia de Dios. Esto es algo muy triste, observar cómo una de las mentes más prodigiosas del siglo XX ha optado por el relajamiento mental y por la búsqueda de conocimientos pseudo-científicos. Algo parecido le pasó a Newton al final de sus días. Quizá es algo propio de los genios, quién sabe.

Stephen Hawking, precursor y elaborador de la teoría del Big-Bang, optó siempre por la vía escéptica y altamente científica (como mostró en su célebre libro Historia del Tiempo). En sus páginas nos encontramos un alegato al principio antrópico (fuerte y débil), o lo que es lo mismo, la inexistencia de seres extraterrestres. De la misma manera, como ya Kant apuntaba, de su teoría del Big-Bang no se podía deducir que Dios existiera pero se podía poner fecha a la creación del mundo. No antes ni después, sino justo en aquel momento Dios creó el mundo.

Estos principios, claramente genuinos de una mente tan científica, se han mostrado robustos hasta que el mismo Hawking se ha propuesto echar por tierra todas sus investigaciones científicas. Él afirma que los extraterrestres ya están aquí, puede que incluso entre nosotros, y que es mejor que no intentemos comunicarnos con ellos para evitar que, si fueran criaturas con los mismos sentimientos humanos, nos pudieran atacar, conquistar o incluso esclavizar o comer. Todo esto raya la más absoluta ciencia-ficción.

Los extraterrestres no existen. Así de rotunda es mi aseveración. ¿Y usted quién es? Pues yo soy un científico, así lo asegura la universidad donde estudié. Ya, pero Hawking... De acuerdo, Hawking es un genio, pero ser un genio en física no significa que sea un genio jugando fútbol o escribiendo una buena novela. En este sentido Hawking se equivoca.

Hay muchas maneras (algunas propuestas por el propio Hawking) de demostrar que no existe vida extraterrestre inteligente (lo que sí existe, sin duda, son formas de vida extraterrestres, bacterias, hongos, etc.). También es cierto que existe el fenómeno OVNI, que ha sido bien descrito desde la antigüedad. Pero un OVNI (objeto volante no identificado) no significa que sea extraterrestre. Un nuevo prototipo de cohete puede ser un OVNI, un cometa también, etc. Lo que diferencia al OVNI de otra cosa es el desconocimiento de la causa. Si en al antigüedad no se conocían los cometas, eso sería un OVNI en aquellos días.

Así pues,

  • si existieran formas de vida inteligente a escasos años luz de distancia, se pondrían en contacto con nosotros. Obviamente, si no contactan, no existen. ¿Y si existen pero no pueden contactar? Es como si no existieran, y por tanto, sin pruebas científicas, no existen.
  • algunos alegan que existen, están entre nosotros y nos observan, como si fuéramos un experimento, ya que son más avanzados tecnológicamente y no somos capaces de verlos. ¡Claro! Por eso Francisco Pizarro o Hernán Cortés, en lugar de conquistar América, puesto que eran tecnológicamente más avanzados, hubieran hecho un estudio científico sobre las comunidades indias.
  • los extraterrestres no comprenden nuestro lenguaje ni nuestras costumbres. Las consideran primitivas y no somos más que insectos de poca inteligencia. Bien, también consideramos primitivas las costumbres de las hormigas, pero estoy convencido de que si alguno pudiera comunicarse y hablar con ellas realmente, sería algo sin precedentes en nuestra cultura y el mismísimo Obama hablaría con ellas. Además, esta afirmación nos diría poco de los extraterres y su inteligencia: un ser inteligente que ni para sus hijos compraría una mascota humana.

  • Los extraterrestres viven en otros planos, desde donde interactúan con los seres humanos. A eso se les llama fantasmas o ángeles, para empezar. Para acabar, estamos diciendo que seres que no son enviados de Dios (único ser que admite la cultura occidental como soberano del plano del más allá), sino que son seres humanoides y por tanto naturales y tangibles, no siguen las leyes de la física, sino unas leyes inventadas por los hombres.
En definitiva: damos características divinas a seres físicos. No creemos en Dios pero creemos en unos seres físicos que se comunican por el canal de comunicación de Dios.

El mismo Hawking admite que a la luz de las nuevas teorías no es necesario contar con un ser que hizo el mundo. Ya Kant apuntaba a esta posibilidad, la antinomia del creador del mundo, habiendo tantos argumentos a favor como en contra de un creador. Sin embargo, como el propio Kant apuntaba, la inexistencia de un Creador sería incompatible con la creencia en el bien y el mal. No habría cabida incluso para una ética, ya que no existe garantías de salvación a la hora de hacer el bien. Dicho de otra manera: las escuelas tendrían que cambiar todo su planteamiento. El mérito ni la justicia podrían ser los motores vitales, ya que nadie podría ser condenado. ¿Con qué razón se podría encarcelar a alguien que no comete mal?¿Por qué, un daño físico, por ejemplo, podría ser considerado como malo, si iba relacionado con algo bueno, como es la búsqueda del placer?

El mundo es bastante complicado como para crear sistemas éticos heterogéneos, capaces de crear ambigüedades mayúsculas. Como en todo, es preferible vivir en una mentira que dé estabilidad social antes que vivir en una verdad que conlleva la relatividad de todo.

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