La epifanía o manifestación de Jesús ante los Reyes Magos es la fiesta que conmemoramos los países españoles (de esa Gran España que somos todos) cada 6 de enero. Los niños esperan recibir sus regalos de manos de los Reyes Magos, que vendrán por la noche.
Las figuras de los Reyes Magos no están del todo claras. En los evangelios canónicos, sólo se citan en el Evagelio según San Mateo. Se dice que "[...]unos magos venidos de Oriente se presentaron en Jerusalén [...] vimos su estrella en el Oriente y hemos venido a adorarle [...] se pusieron en camino y he aquí que la estrella que habían visto en el Oriente iba delante de ellos, hasta que llegó y se detuvo encima del lugar donde estaba el niño [...] abrieron luego sus cofres y le ofrecieron dones de oro, incienso y mirra". Los evangelios apócrifos son mucho más explícitos en datos. En el Evangelio del Pseudo Tomás, se habla de la llegada de los magos con tres legiones de soldados de Persia, Babilonia y Asia (lo que daría lugar , posteriormente a hablar de 3 magos que además serían reyes, o al menos magistrados importantes). Otros evangelios apócrifos como el Evangelio Armenio de la Infancia, contendrían información sobre los 3 magos, de nombres Melchor, Gaspar y Baltasar. Una tradición posterior diría que Melchor venía de Europa, Gaspar de Asia y Baltasar de África, lo que haría que éste último fuera negro.
Así pues, como ocurre con otros elementos navideños, como el portal de Belén, el buey y la mula, la tradición relacionada con la llegada de los Reyes Magos proviene de los apócrifos.
¿Qué podemos saber realmente de estos personajes, desde el punto de vista histórico? Asumiendo que existieron tales magos, podríamos decir que éstos más bien serían emisarios de algún gobernante vecino. En el Evangelio de San Mateo, los "magos" se entrevistan con Herodes, rey de Judea. No sería viable que unos simples curiosos se adentraran en país extranjero y tuvieran una audiencia con el mismísimo rey. Probablemente venían protegidos por algún tipo de cohorte y vendrían en calidad de diplomáticos.
Estos magos probablemente eran expertos en astrología (pronosticadores de acontecimientos por el estudio de la disposición de los astros). El hecho de que un OVNI muy visible surcara durante días los cielos en determinada dirección sería motivo más que suficiente para considerarlo augurio de algo importante. Con OVNI no nos referimos a algún tipo de nave alienígena, sino a un fenómeno extraño celeste (un cometa, por ejemplo). No conocemos muchas estrellas que vayan en una dirección, a no ser que éstas sean cometas o meteoros diversos. Sin embargo, la "vida propia" que le dan las escrituras a las estrellas muestran lo milagroso del asunto.
Los magos en principio creyeron que un rey poderoso había nacido. Sin embargo, al llegar a casa del rey, no había hijo, corroborando el hecho de que las ofrendas iban destinadas a un encuentro diplomático entre los dos países.
Por último, mencionar la nacionalidad de tales magos. ¿De dónde venían? Como dicen San Mateo, de Oriente. ¿Y qué es "Oriente" para un judío del siglo I a.C? No es, ni mucho menos, China. Persia o Babilonia podrían ser estas regiones orientales. Todo aquello más allá de Damasco, aproximadamente, era Oriente. Probablemente fuera incluso del vecino Reino de los Nabateos, cuya capital, Petra, fue una ciudad esplendorosa. En cualquier caso, podríamos suponer, por los nombres, que dichos magos eran de origen semita, como los judíos, ya que los nombres de Melchor y Baltasar están emparentados con nombres de divinidades fenicias como Melkart (raíz de la palabra Melk- que significa rey) y Baal. Así Melchor, de acuerdo a diversas etimologías significa "rey de luz" y Baltasar significa "protegido de Baal".
¿Qué podemos saber realmente de estos personajes, desde el punto de vista histórico? Asumiendo que existieron tales magos, podríamos decir que éstos más bien serían emisarios de algún gobernante vecino. En el Evangelio de San Mateo, los "magos" se entrevistan con Herodes, rey de Judea. No sería viable que unos simples curiosos se adentraran en país extranjero y tuvieran una audiencia con el mismísimo rey. Probablemente venían protegidos por algún tipo de cohorte y vendrían en calidad de diplomáticos.
Estos magos probablemente eran expertos en astrología (pronosticadores de acontecimientos por el estudio de la disposición de los astros). El hecho de que un OVNI muy visible surcara durante días los cielos en determinada dirección sería motivo más que suficiente para considerarlo augurio de algo importante. Con OVNI no nos referimos a algún tipo de nave alienígena, sino a un fenómeno extraño celeste (un cometa, por ejemplo). No conocemos muchas estrellas que vayan en una dirección, a no ser que éstas sean cometas o meteoros diversos. Sin embargo, la "vida propia" que le dan las escrituras a las estrellas muestran lo milagroso del asunto.
Los magos en principio creyeron que un rey poderoso había nacido. Sin embargo, al llegar a casa del rey, no había hijo, corroborando el hecho de que las ofrendas iban destinadas a un encuentro diplomático entre los dos países.
Por último, mencionar la nacionalidad de tales magos. ¿De dónde venían? Como dicen San Mateo, de Oriente. ¿Y qué es "Oriente" para un judío del siglo I a.C? No es, ni mucho menos, China. Persia o Babilonia podrían ser estas regiones orientales. Todo aquello más allá de Damasco, aproximadamente, era Oriente. Probablemente fuera incluso del vecino Reino de los Nabateos, cuya capital, Petra, fue una ciudad esplendorosa. En cualquier caso, podríamos suponer, por los nombres, que dichos magos eran de origen semita, como los judíos, ya que los nombres de Melchor y Baltasar están emparentados con nombres de divinidades fenicias como Melkart (raíz de la palabra Melk- que significa rey) y Baal. Así Melchor, de acuerdo a diversas etimologías significa "rey de luz" y Baltasar significa "protegido de Baal".
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