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domingo, 26 de junio de 2011

Pensamientos comunistas de futuro

Ocurre a menudo que, por un capricho misterioso del destino, aparezcan varias coincidencias que repercuten en mayor o menor medida al estado de las cosas. En particular es notable que este último mes haya representado para el pensamiento marxista-comunista mundial un antes y un después acusado. Me estoy refiriendo a la reciente enfermedad y experiencia cercana a la muerte de Hugo Chávez, al aperturismo radical de Raúl Castro en Cuba (facilitar el acceso sin restricciones al capital y los turistas extranjeros), la desaparición de políticas sociales en la Grecia de Papandreu y las recientes declaraciones del líder comunista español Gaspar Llamazares en Twitter.

Quisiera hacer mención a este último señor porque ha sintetizado en pocas palabras lo que está ocurriendo en el pensamiento marxista-socialista-comunista mundial. Tal y como he mencionado en numerosas ocasiones, en este y otros foros: la mayoría nunca tiene razón. Esta aseveración es demasiado rotunda pero no está exenta de razón. La mayoría puede tener razón en aspectos muy simples o básicos, pero cuanto más complejos sean estos, menor será la capacidad de entenderlos para la mayoría, hasta tal punto que en cuestiones muy complejas, la mayoría toma decisiones en función de sus emociones, sus intuiciones o sus supersticiones (esto es, todo lo contrario a lo que llamamos pensamiento racional).

Por ejemplo, rara vez veremos que a la mayoría le parezca bien asesinar a sangre fría a una persona. El binomio matar-malo es tan claro que podemos considerarlo una verdad axiomática. ¿Pero cuántos verían bien matar a un animal muy querido, como es el perro, para dar de comer a una familia? Necesitamos entonces superar nuestros prejuicios al "comer perro", superar nuestras emociones sobre comparar nuestro perrito con el perro que querían comerse o superar nuestra intuición de "no sé por qué es malo, pero debe de serlo porque cuando yo pienso que algo es malo, debe de serlo". Estos pensamientos inconexos y a veces surrealistas son más comunes de lo que pensamos, sobre todo en personas con un nivel cultural más bien bajo. El nivel cultural nada o poco tiene que ver con el nivel académico. He conocido a doctores que tenían menos cultura que un arriero que leía libros a escondidas. La cultura o el conocimiento, a diferencia de los títulos académicos, otorga la verdad.

Se tardó más de 100 años en admitir, tras la caída de la U.R.S.S, que el comunismo era un régimen político inadmisible a largo plazo. Se ha tardado alrededor de 150 años en que los políticos socialistas que aún quedan en el mundo entiendan que las tesis marxistas eran totalmente desacertadas, al menos en el mundo actual. Aún nos queda un tercer nivel, del que no podemos augurar fecha y quizá jamás exista esa fecha, en el cual el comunismo, el socialismo y todos los movimientos marxistas-anarquistas que aún existen en el mundo queden relegados al rango de movimientos pseudopolíticos, doctrinas más cercanas a la magia y al mito que a la realidad, como ocurrió con los sistemas políticos tribales o las teocracias.

Es cada vez más lógico, a tenor de lo ocurrido en el mundo en el último año, que los movimientos de masas deberán ser frenados por los Estados para su propia supervivencia. Es imposible entender un mundo sin una organización poderosa, porque los Estados son los garantes de la Justicia. Sin ella, los recursos nunca pueden ser bien repartidos y estaríamos perdidos. Sin embargo, un sistema político que permita a las masas hacer y deshacer como ocurría en los últimos años del Imperio Romano, sólo puede traer miseria, desastre y dolor. El mundo necesita paz y estabilidad, no mentes vulgares que destruyan lo bueno que tiene la sociedad.

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