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sábado, 26 de marzo de 2011

Se necesitan trabajadores con experiencia

Siento mucho que haya alguno que haya entendido que esto era un anuncio para ocupar una vacante de puesto de trabajo. No obstante, no consideren que están perdiendo aquí el tiempo. Sabrán apreciar la lección que vamos a enseñarle.

Todos los días escuchamos o vemos anuncios y comentarios del tipo "Tengo 35 años de experiencia montando tuberías..." o "Nuestra empresa lleva más de 60 años realizando trajes a medida...". ¿Qué pretenden con estos comentarios, salvo el uso de un recurso estilístico en el ámbito del lenguaje publicitario?¿De verdad se puede admitir que una empresa o una persona justifique su buen hacer con su experiencia?

Partamos de la base de que, como bien decía Schopenhauer, la experiencia no es más que cumplir años. ¿Cuándo nació usted? En 1939 o en 1956 o en 1971 o en 1980 o en 2003. En ese caso usted tiene una experiencia vital de 78 años, 55 años, 40 años, 31 años o 7 años. ¿Quiere decir eso que el más viejo es el que, por ejemplo, mejor juega al fútbol? ¡Pues así debería ser, puesto que se ha llevado jugando por lo menos 50 años! Y claro, todo el mundo sabe que después de 50 años se ha aprendido todo en la vida.

Si es que somos unos zoquetes. Nos fiamos antes de la calidad de la zapatería "Zapatón" que lleva desde 1960 abierta que de la zapatería "Zapatín", que abrió el mes pasado. ¿A qué se debe que el ser humano busque la experiencia o a personas con experiencia? Se trata de una Regula Falsi [Regla falsa] por la cual realizamos una identificación mental infantil del tipo "papá o mamá eran más viejos que yo y sabían más que yo; abuelo también sabía más que yo, porque era más viejo. Papá, mamá, el abuelo... siempre me protegieron cuando me querían hacer daño. Por tanto, cuanto más viejo, más sabemos y menos posibilidad de que nos hagan daño".

Acabamos de mencionar que esto es una actitud infantil. Como consumidores, resulta penoso ver que todavía no tenemos una conciencia comercial madura y seguimos pensando que si una empresa lleva 60 años viva, será por su alta calidad y sus precios adecuados. Nada más lejos de la realidad. Todos conocemos casos de bares de mala muerte que abrieron hace 40 años y otros con sólo 2 años que son limpios y de trato fiable. Insisto en que somos consumidores pueriles.

Aquí debemos distinguir entre lo que aquí se dice y lo que aquí se piensa que se dice. Decimos que la experiencia no conlleva necesariamente una calidad o una manera correcta de realizar negocios. Eso no quiere decir que una empresa de larga tradición sea mala o que todas las empresas de corta tradición son más innovadoras. Sólo estamos insistiendo en que no necesariamente va a ser un trabajo de mayor calidad el más caro o el que tenga mejor marca.

Es lo que ocurre en el mundo laboral, sobre todo en los sectores relacionados con la técnico o tecnología (ingenieros, arquitectos, mecánicos, electricistas, carpinteros, etc.) y con el mundo de la universidad. Si no han tenido la experiencia, le diré que es muy desagradable ver a D. Fulano, socio fundador de la compañía, ingeniero graduado por la universidad de Harvard en 1930, se planta ante usted (ya sea como cliente o como jefe) y le dice con voz grave "¿Pero qué me va a enseñar usted a mí, que llevo 50 años en esto?".

Respuestas para este tipo de energúmeno:

  • El aprendizaje es un proceso continuo. Los más elementales filósofos sabían que sólo el necio cree que lo sabe todo.
  • Nadie es mejor por ser mayor. Esto es una lección que aprende todo hijo de vecino en la guardería, cuando tiene 3 o 4 años.
  • Si la experiencia fuera realmente una herramienta válida para indicar conocimiento, no habría ningún sabio ni ningún científico importante de menos de 70 años.
  • La educación, según parece, tampoco es cuestión de la experiencia. Quien da una respuesta así es un maleducado, que quizá no tenga ni un día de experiencia en cuestiones vitales.
Definitivamente: tener experiencia, mal que nos pese, no es ni será una manera propia de declarar conocimiento. La experiencia sólo es válida para dos campos: la repetición y el pronóstico (método experimental). Pero nunca, nunca, nunca servirá para intuir o conocer lo que no sabemos. Para eso se requiere otra virtud, mucho más importante que la experiencia: la inteligencia.

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