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jueves, 17 de marzo de 2011

El porqué de la ortografía (VIII)

Continuamente escuchamos en radio o televisión (ahora más que nunca con el desastre de Japón) la siguiente frase:

"En estos momentos el gobierno evacúa* a la población a zonas más seguras".

Quede, por favor, de manera indeleble en la mente de todos los lectores, que se pronuncia evacua y no evacúa*.

La regla es simple:

Todas las formas verbales acabadas en -guar y -cuar son llanas y forman diptongo. En cambio, todas las formas del presente de indicativo y subjuntivo (salvo la 1ª y la 2ª persona del plural) son llanas y forman hiato.

Ejemplos: evacua, santigua, actúa.

Para demostrarlo (y de paso nos sirve de regla mnemotéctnica) podemos decir que todo el mundo pronuncia agua y no agúa*. Por ejemplo, ellos aguan el vino. En español, el grupo fonético -gua deriva de la velarización del grupo fonético -cua latino. Así agua proviene de aqua (/acua/).

Una manera fácil, como hemos dicho para recordar esta regla de acentuación es recordar las palabras:

- agua: y por tanto se dice evacua, adecua, santigua, averigua, etc.
- cacatúa: y por tanto se dice actúa, evalúa, insinúa, etc.

Sólo hay dos excepciones a la regla: el verbo anticuar y el verbo estatuar, que se pronuncian al revés que la regla general.

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