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domingo, 20 de noviembre de 2011

La Europa del Euro.

¿Quién hubiera dicho hace tan sólo un año que Europa iba a estar a punto de la hecatombe? La realidad europea hace aguas, y no precisamente porque haya faltado voluntad política. El caso es que jamás en la historia se había protagonizado, a excepción del Imperio Romano, semejante momento de incertidumbre en época de paz. Europa ha perdido su horizonte. Europa, su historia, su población, su cultura, su política... está absolutamente corrompida.

No se trata de ser catastrofistas. La Europa de la UE no deja de ser una utopía poco madurada. Es cierto que ha existido, desde hace décadas, un espíritu profundamente europeísta, pero ese europeísmo estaba enfocado a una pelea real entre Estados Unidos y Europa por acaparar el poder económico mundial. Nadie podía prever que China, India, Brasil, Rusia o Irán iban a convertirse en auténticos líderes mundiales en ciertos componentes o en ciertas formas de economía.

¿Y cuál es la solución al problema? La solución es dura, aunque necesaria y se llama egoísmo. Europa debe volver a ser egoísta si quiere volver a ser el motor del mundo y el motor de la Historia. Hablar de Historia es hablar de Europa. Conquistas, ciencia, guerras... Todo esto es Europa. Mientras que Europa no haga esto, mientras Europa trate de crear sinergias y competencias con otros países, incluido EE.UU. y Japón, mientras que Europa quiera desarrollar países pobres, Europa dejará de ser lo que era.

Fijémenos que el gran problema de Europa es que se trata del continente más pequeño y por tanto sus recursos son limitados. Por si fuera poco, además de pequeño tiene a 5 de los países que componen el G-8 (Francia, Alemania, Italia, Rusia y Reino Unido). De éstos, el único con suficiente capacidad de recursos es Rusia, al tratarse de un país inmenso.

A Europa le pasa lo que a los abuelos con los nietos: quieren que crezcan, que se desarrollen, les dan dinero para que compren juguetes y golosinas... Pero ahora Europa es vieja y los jóvenes se han rebelado y el abuelo ya no tiene las fuerzas para mantener al joven quieto.

En efecto, el mundo ha cambiado y al menos que se sigan políticas como Alemania, único país que ha sido capaz de generar empleo en plena crisis, Europa está condenada al fracaso más rotundo. Alemania es implacable, incluso entre sus socios europeos. No consiente y nunca ha perdido el poder desde sus inicios. Esta costumbre alemana, además de sana, es antiquísima: durante los últimos 5 siglos, al menos un país alemán (los países alemanes son Alemania, Austria, Suiza y Liechtenstein) ha sido potencia mundial militar, política o económica.

Egoísmo no significa avaricia o codicia. Egoísmo significa pensar en la supervivencia. Egoísmo significa: yo no tengo problemas en darte lo que me sobra, pero no compartiré lo que tengo o lo que me corresponde. La opinión pública. Siempre hablan de la opinión pública. El público quiere vivir opíparamente. El público sí que es egoísta. El público, en actos callejeros, puede pensar de una manera mucho más altruista, pero en casa habría que ver cuántos son capaces de esconder incluso comida para que no la vean sus invitados y amistades, con temor a compartirla.

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