Nunca está de más recordar lo triste que resulta el terrorismo. Ya tuvimos un comentario anterior al respecto titulado Muerte de Bin Laden. En dicho comentario insistíamos en la idea de que el terrorista pierde sus derechos humanos para convertirlos en derecho natural animal. Conviene recordar la idea, por favor, políticos asquerosos que me leéis o hijos-amigos-primos de los mismos, de que un terrorista ha dejado de ser un ser humano.
No me extenderé en lo dicho en otra entrada, pero aclarar que al igual que la leucemia es una enfermedad en la que el leucocito no reconoce al glóbulo rojo como célula hermana, el terrorista es un ser de la especie humana que ha dejado de considerar a otros humanos como de su propia especie. Es decir, se trata de especies diferentes (los "opresores" y los "oprimidos" o terroristas). Esto carece de todo sentido práctico, téorico o científico, por lo que la única explicación lógica está en considerar que el terrorista en su cerebro piensa realmente que está matando a individuos de otra especie.
Quizá no es el momento, al estar tan recientes los acontecimientos, pero sería interesante conocer, entre otras cosas para calmar ánimos de otros jóvenes o adultos de ultraderecha con accesos febriles por el terrorismo, qué sería lo que el mismísimo Hitler pensaría de esta cuestión. En Mein Kampf [Mi Lucha] se dice que los causantes de las desgracias en Alemania son los judíos y los comunistas. Al mismo tiempo, Hitler habla durante muchas páginas del pueblo, de la juventud, de la tercera edad, de las penurias del proletariado alemán. No sé si sabrán la gran mayoría de los lectores que el terrorismo moderno nació a finales del siglo XIX de la mano de los anarquistas, los cuales, para quien tampoco lo sepan, no eran más que comunistas radicales. Anarquistas y marxistas se englobaban dentro de aquellos primeros comunistas de la Primera Internacional, pero finalmente, como ocurre siempre, los marxistas, que eran mucho menos extremistas, fueron los que lideraron y mantuvieron el movimiento.
Conclusión: no parece muy coherente que un auténtico hitleriano, nazi o neonazi use métodos terroristas, propios de los anarquistas, si realmente lo es. Sería como declararse cristiano y orar a la Meca. Tampoco parece muy nazi o ultraderechista atacar propiamente al pueblo y más aún a su propio pueblo. Porque para un auténtico hitleriano no habría dudas entre los miembros de su pueblo y los miembros ajenos a su pueblo. Cuando los judíos eran encarcelados, aun siendo judíos nacidos en Alemania, Hitler era bien consciente de que ellos no eran alemanes. También hemos mencionado muchas veces esta diferencia fundamental en el pensamiento hitleriano: un judío, que conserva sus costumbres y además se esconde y evita las alemanas, no puede ser un auténtico alemán. No sólo Hitler. También gobernantes anteriores, como los mismísimos Reyes Católicos entendieron esta idea.
Volvamos sin embargo a este terrorista noruego. Lo que más ha trascendido no ha sido sus inquietudes o reivindicaciones. Lo que más ha trascendido es Hitler, el nazismo y la ultraderecha. Por favor, señores asquerosos (o sea, políticos), dejen de emponzoñar y aprovechar estas situaciones para olvidar sus desvaríos y sus faltas de buen gobierno. Hitler está bien muerto desde hace más de 66 años. Lo que ocurre es que quieren evitar que su propia suciedad caiga sobre ustedes.
Las doctrinas de Hitler son en su gran mayoría válidas en el mundo actual. Lo digo sin tapujos y ya va siendo hora de que se lea a Hitler o a muchos otros autores sin taparse la boca sorprendidos. A nadie se le escapa que establecer unas políticas sociales de protección a la infancia y a la vejez es algo excelente. Esto lo dijo Hitler. A nadie le parecerá estúpido pensar que es necesario que el pueblo disponga de los elementos básicos y necesarios y hacer la tecnología más barata y accesible. ¡Esto también lo dijo Hitler! Mientras anonymous reivindica, Hitler ya lo pedía hace más de 70 años.
El pensamiento de Hitler forma base para muchas posibles políticas de calidad, pero a costa de una supremacía de ideas sobre otras. El mundo occidental, más rico, poderoso y avanzado que el tercer mundo o China (o al menos lo era), no puede ceder ante presiones provenientes de colectivos marginales de un país. Hitler es el último gobernante auténticamente defensor de la cultura occidental.
El terrorista de Noruega es posible que tuviera tendencias ultraderechistas. Probablemente incluso leyó a Hitler, pero no podemos decir que unas palabras o pensamientos hayan sido las causantes de los daños. La batalla de los pensamientos y de la moral hay que librarla en el cerebro.
En definitiva, lo que menos ha importado a nadie han sido las víctimas, que casi todas eran jóvenes, y el colectivo objetivo. Un auténtico nazi tomaría y organizaria algo desde abajo y para auténticamente derribar el poder. Un auténtico grupo nazi actúa como el cáncer: imparable, porque el grueso del cuerpo acaba identificándose con el cáncer. Los políticos caen y el antiguo cuerpo muere. Este chico actuó como un grano de pus. Irritante e incluso doloroso, puede que quizá también antiestético, pero se soluciona con quitarlo o dando las friegas oportunas.
No olvidemos: es otro animal, de distinta especie.
No me extenderé en lo dicho en otra entrada, pero aclarar que al igual que la leucemia es una enfermedad en la que el leucocito no reconoce al glóbulo rojo como célula hermana, el terrorista es un ser de la especie humana que ha dejado de considerar a otros humanos como de su propia especie. Es decir, se trata de especies diferentes (los "opresores" y los "oprimidos" o terroristas). Esto carece de todo sentido práctico, téorico o científico, por lo que la única explicación lógica está en considerar que el terrorista en su cerebro piensa realmente que está matando a individuos de otra especie.
Quizá no es el momento, al estar tan recientes los acontecimientos, pero sería interesante conocer, entre otras cosas para calmar ánimos de otros jóvenes o adultos de ultraderecha con accesos febriles por el terrorismo, qué sería lo que el mismísimo Hitler pensaría de esta cuestión. En Mein Kampf [Mi Lucha] se dice que los causantes de las desgracias en Alemania son los judíos y los comunistas. Al mismo tiempo, Hitler habla durante muchas páginas del pueblo, de la juventud, de la tercera edad, de las penurias del proletariado alemán. No sé si sabrán la gran mayoría de los lectores que el terrorismo moderno nació a finales del siglo XIX de la mano de los anarquistas, los cuales, para quien tampoco lo sepan, no eran más que comunistas radicales. Anarquistas y marxistas se englobaban dentro de aquellos primeros comunistas de la Primera Internacional, pero finalmente, como ocurre siempre, los marxistas, que eran mucho menos extremistas, fueron los que lideraron y mantuvieron el movimiento.
Conclusión: no parece muy coherente que un auténtico hitleriano, nazi o neonazi use métodos terroristas, propios de los anarquistas, si realmente lo es. Sería como declararse cristiano y orar a la Meca. Tampoco parece muy nazi o ultraderechista atacar propiamente al pueblo y más aún a su propio pueblo. Porque para un auténtico hitleriano no habría dudas entre los miembros de su pueblo y los miembros ajenos a su pueblo. Cuando los judíos eran encarcelados, aun siendo judíos nacidos en Alemania, Hitler era bien consciente de que ellos no eran alemanes. También hemos mencionado muchas veces esta diferencia fundamental en el pensamiento hitleriano: un judío, que conserva sus costumbres y además se esconde y evita las alemanas, no puede ser un auténtico alemán. No sólo Hitler. También gobernantes anteriores, como los mismísimos Reyes Católicos entendieron esta idea.
Volvamos sin embargo a este terrorista noruego. Lo que más ha trascendido no ha sido sus inquietudes o reivindicaciones. Lo que más ha trascendido es Hitler, el nazismo y la ultraderecha. Por favor, señores asquerosos (o sea, políticos), dejen de emponzoñar y aprovechar estas situaciones para olvidar sus desvaríos y sus faltas de buen gobierno. Hitler está bien muerto desde hace más de 66 años. Lo que ocurre es que quieren evitar que su propia suciedad caiga sobre ustedes.
Las doctrinas de Hitler son en su gran mayoría válidas en el mundo actual. Lo digo sin tapujos y ya va siendo hora de que se lea a Hitler o a muchos otros autores sin taparse la boca sorprendidos. A nadie se le escapa que establecer unas políticas sociales de protección a la infancia y a la vejez es algo excelente. Esto lo dijo Hitler. A nadie le parecerá estúpido pensar que es necesario que el pueblo disponga de los elementos básicos y necesarios y hacer la tecnología más barata y accesible. ¡Esto también lo dijo Hitler! Mientras anonymous reivindica, Hitler ya lo pedía hace más de 70 años.
El pensamiento de Hitler forma base para muchas posibles políticas de calidad, pero a costa de una supremacía de ideas sobre otras. El mundo occidental, más rico, poderoso y avanzado que el tercer mundo o China (o al menos lo era), no puede ceder ante presiones provenientes de colectivos marginales de un país. Hitler es el último gobernante auténticamente defensor de la cultura occidental.
El terrorista de Noruega es posible que tuviera tendencias ultraderechistas. Probablemente incluso leyó a Hitler, pero no podemos decir que unas palabras o pensamientos hayan sido las causantes de los daños. La batalla de los pensamientos y de la moral hay que librarla en el cerebro.
En definitiva, lo que menos ha importado a nadie han sido las víctimas, que casi todas eran jóvenes, y el colectivo objetivo. Un auténtico nazi tomaría y organizaria algo desde abajo y para auténticamente derribar el poder. Un auténtico grupo nazi actúa como el cáncer: imparable, porque el grueso del cuerpo acaba identificándose con el cáncer. Los políticos caen y el antiguo cuerpo muere. Este chico actuó como un grano de pus. Irritante e incluso doloroso, puede que quizá también antiestético, pero se soluciona con quitarlo o dando las friegas oportunas.
No olvidemos: es otro animal, de distinta especie.
No hay comentarios:
Publicar un comentario