No hay mayor ciego que el que no quiere ver.
Estoy impresionado de algunas situaciones absurdas que ocurren en el mundo. Ayer se hacían eco los noticiarios sobre la celebración en Bogotá de los "nazis criollos".
Necesito un poco de aire, ¿todavía estamos en este punto en el cual una reunión en conmemoración a Hitler es noticia? Muy mal por todos, por los "nazis criollos" que deseaban salir en las noticias y por los periodistas que aún se sorprenden de estas situaciones. Lo sorprendente es que en pleno siglo XXI, siglo de las libertades y de la globalización, aún exista debate o controversia sobre el racismo o grupos de distintas tendencias políticas mantengan el debate a pie de calle.
El debate racista sigue en el candelero por culpa de los políticos. A los políticos les interesa que exista el "racismo", ya que les da la oportunidad de parecer mejores personas de lo que son. ¿Cuál es la realidad del racismo hoy en día? Por todos lados se nos bombardea con mensajes que fomentan el mestizaje. ¿Es que nadie se da cuenta de que precisamente con ello acabarían con el racismo porque sólo habría una única raza?
Lo que nadie puede prever es si esa raza sería una nueva "raza superior" o por el contrario no sería más que una raza mediocre. Lo cierto es que existen muchos estudios al respecto, demasiado concluyentes. Demasiado... Esto molesta a los políticos. Ellos pretenden o bien el mestizaje o bien la utopía, es decir, que a simple vista un negro y un blanco sean iguales. ¡Iguales! ¿Pero no entienden ustedes, políticos, que sólo un ciego no podría ver la diferencia?
Preguntemos en la calle. ¿Es usted racista? La mayoría dirá: "¡no, yo no!", como si ser racista fuera algo de lo que avergonzarse, como si ser socio de un equipo de fútbol o de un partido político fuera vergonzante. Y sí, es la realidad. Declararse de unas ideas (a pesar de que se tengan) se considera vergonzante en algunos casos. Pero yo digo que la pregunta está mal realizada, a conciencia. La pregunta, bien dicha, consiste en dos preguntas. ¿Considera usted que respeta los derechos civiles de otras razas? Confirmo que casi el 100% diría esto convencido, no por vergüenza. Por otro lado deberíamos preguntar, ¿desea vivir usted cerca de alguien de otra raza?
¡Esta es la clave! La cercanía. ¡Hipócritas, malditos hipócritas! Por supuesto que no quiere uno tener a alguien de otra raza cerca. ¡Pero si es que no se desea tener a alguien de la misma raza que uno cerca! El ser humano es civilizado y necesita relacionarse con otros seres humanos... pero sólo un ratito. No toleramos a personas que no nos aportan tranquilidad al alma. ¿Qué más da que sea negro, blanco, chino o del River Plate? ¿Es que somos tan ineptos que no entendemos que el rechazo "racista" no es más que rechazo a la gente que nos desagrada. No es racismo, es tolerancia.
¡No! Me considero, con todo, intolerante. No intolerante a unas personas determinadas, sino intolerante al ilógico. Seamos claros. Cuando entra una persona de otra raza en el bar o restaurante el prejuicio nace de la experiencia anterior. "Un negro mató a mi padre, un gitano robó a mi primo..." Es probable que esa experiencia no sea ni propia. Pero si los seres humanos somos los animales más experimentados de la Tierra no ha sido por no ser precavidos ante las experiencia propias y ajenas. Por tanto, no se trata de racismo, a priori, sino de instinto de conservación. Quien quiera ver en el rechazo a una persona, por la condición que sea, como una discriminación irracional, se equivoca. Las discriminaciones siempre tienen un fundamento. No nacen porque sí.
Insisto en dos ideas:
1. Mientras que respetemos los derechos de otras razas y éstas cumplan todas con sus deberes, cualquier tipo de comentario, sea o no positivo hacia otras razas, debe ser considerado como legítimo. Así, comentarios del tipo "¡qué asco de negro!", no sólo son legítimos sino que se incurre en delito contra la libertad de expresión, vulnerando el principio fundamental de derecho democrático.
2. No se puede pretender y obligar a las personas a que admitan a todas las personas como "amigas". Esto no es un facebook donde tenemos 1000 amigos. ¿Por qué tengo que dejar entrar en mi casa, en mi trabajo o en mi vida a gente que no quiero dejar entrar? Así, ningún estado, nunca, jamás, está legitimado para que sus legítimos ciudadanos admitan a extranjeros con igualdad de derechos. Ningún estado está legitimado para educar y tratar de obligar a sus ciudadanos a admitir en sus vidas a personas que no son ciudadanos de ley en el país. Es más, ningún estado puede obligar a que nuestros hijos o nosotros mismos tengamos que admitir y ser simpáticos con la gente, sean o no de nuestra misma raza. Es un derecho individual e inalienable, por mucho que insista un gobierno en coartar este derecho.
Por último, una reflexión. La auténtica razón por uno de los mayores criminales de todos los tiempos, el señor Abraham Lincoln, hizo lo que hizo fue por un motivo económico (enriquecimiento de los burgueses americanos). Lo digo con todas las letras: un asesino, un genocida. Abraham Lincoln decidió asesinar a muchos blancos de ambos bandos, ciudadanos libres de Estados Unidos, en una lucha fraticida por liberar a una población que no representa hoy en día (y mucho menos en la época) el ¡13%!
El asesino mató a más de 1 millón de personas. ¡Y todo por un miserable y asqueroso sueño que tuvo! ¿Por qué no enjuició a todo aquel que tratara mal a sus esclavos, en lugar de pretender "liberarlos"?¿Y ahora, están "liberados"? Maldita sea, ¿cuál fue el precio de la "libertad" para Iraq? Hablan de los muertos en nombre de la religión. ¿Y en nombre de la "libertad"? Malditos seais todos los políticos que matáis haciéndoos pasar por corderitos y por defensores de los derechos de todos, cuando no son más que unos cuantos.
Mientras los gobiernos del mundo no actúen de manera natural, sin pensar en pasar a la posteridad por sus "logros", jamás se llegará a un Estado realmente libre. Tengo a los amigos que me da la gana y no tengo que soportar a gente con la que no comparto nada. Siempre me he considerado libre y si le preguntan a la gente de otras razas, siempre los he tratado con respeto. Pero nada más. No pretendan que me vaya de fiesta, porque no lo comparto. No lo olviden, mis lectores: los que fomentan el racismo son los mismos políticos.
El debate racista sigue en el candelero por culpa de los políticos. A los políticos les interesa que exista el "racismo", ya que les da la oportunidad de parecer mejores personas de lo que son. ¿Cuál es la realidad del racismo hoy en día? Por todos lados se nos bombardea con mensajes que fomentan el mestizaje. ¿Es que nadie se da cuenta de que precisamente con ello acabarían con el racismo porque sólo habría una única raza?
Lo que nadie puede prever es si esa raza sería una nueva "raza superior" o por el contrario no sería más que una raza mediocre. Lo cierto es que existen muchos estudios al respecto, demasiado concluyentes. Demasiado... Esto molesta a los políticos. Ellos pretenden o bien el mestizaje o bien la utopía, es decir, que a simple vista un negro y un blanco sean iguales. ¡Iguales! ¿Pero no entienden ustedes, políticos, que sólo un ciego no podría ver la diferencia?
Preguntemos en la calle. ¿Es usted racista? La mayoría dirá: "¡no, yo no!", como si ser racista fuera algo de lo que avergonzarse, como si ser socio de un equipo de fútbol o de un partido político fuera vergonzante. Y sí, es la realidad. Declararse de unas ideas (a pesar de que se tengan) se considera vergonzante en algunos casos. Pero yo digo que la pregunta está mal realizada, a conciencia. La pregunta, bien dicha, consiste en dos preguntas. ¿Considera usted que respeta los derechos civiles de otras razas? Confirmo que casi el 100% diría esto convencido, no por vergüenza. Por otro lado deberíamos preguntar, ¿desea vivir usted cerca de alguien de otra raza?
¡Esta es la clave! La cercanía. ¡Hipócritas, malditos hipócritas! Por supuesto que no quiere uno tener a alguien de otra raza cerca. ¡Pero si es que no se desea tener a alguien de la misma raza que uno cerca! El ser humano es civilizado y necesita relacionarse con otros seres humanos... pero sólo un ratito. No toleramos a personas que no nos aportan tranquilidad al alma. ¿Qué más da que sea negro, blanco, chino o del River Plate? ¿Es que somos tan ineptos que no entendemos que el rechazo "racista" no es más que rechazo a la gente que nos desagrada. No es racismo, es tolerancia.
¡No! Me considero, con todo, intolerante. No intolerante a unas personas determinadas, sino intolerante al ilógico. Seamos claros. Cuando entra una persona de otra raza en el bar o restaurante el prejuicio nace de la experiencia anterior. "Un negro mató a mi padre, un gitano robó a mi primo..." Es probable que esa experiencia no sea ni propia. Pero si los seres humanos somos los animales más experimentados de la Tierra no ha sido por no ser precavidos ante las experiencia propias y ajenas. Por tanto, no se trata de racismo, a priori, sino de instinto de conservación. Quien quiera ver en el rechazo a una persona, por la condición que sea, como una discriminación irracional, se equivoca. Las discriminaciones siempre tienen un fundamento. No nacen porque sí.
Insisto en dos ideas:
1. Mientras que respetemos los derechos de otras razas y éstas cumplan todas con sus deberes, cualquier tipo de comentario, sea o no positivo hacia otras razas, debe ser considerado como legítimo. Así, comentarios del tipo "¡qué asco de negro!", no sólo son legítimos sino que se incurre en delito contra la libertad de expresión, vulnerando el principio fundamental de derecho democrático.
2. No se puede pretender y obligar a las personas a que admitan a todas las personas como "amigas". Esto no es un facebook donde tenemos 1000 amigos. ¿Por qué tengo que dejar entrar en mi casa, en mi trabajo o en mi vida a gente que no quiero dejar entrar? Así, ningún estado, nunca, jamás, está legitimado para que sus legítimos ciudadanos admitan a extranjeros con igualdad de derechos. Ningún estado está legitimado para educar y tratar de obligar a sus ciudadanos a admitir en sus vidas a personas que no son ciudadanos de ley en el país. Es más, ningún estado puede obligar a que nuestros hijos o nosotros mismos tengamos que admitir y ser simpáticos con la gente, sean o no de nuestra misma raza. Es un derecho individual e inalienable, por mucho que insista un gobierno en coartar este derecho.
Por último, una reflexión. La auténtica razón por uno de los mayores criminales de todos los tiempos, el señor Abraham Lincoln, hizo lo que hizo fue por un motivo económico (enriquecimiento de los burgueses americanos). Lo digo con todas las letras: un asesino, un genocida. Abraham Lincoln decidió asesinar a muchos blancos de ambos bandos, ciudadanos libres de Estados Unidos, en una lucha fraticida por liberar a una población que no representa hoy en día (y mucho menos en la época) el ¡13%!
El asesino mató a más de 1 millón de personas. ¡Y todo por un miserable y asqueroso sueño que tuvo! ¿Por qué no enjuició a todo aquel que tratara mal a sus esclavos, en lugar de pretender "liberarlos"?¿Y ahora, están "liberados"? Maldita sea, ¿cuál fue el precio de la "libertad" para Iraq? Hablan de los muertos en nombre de la religión. ¿Y en nombre de la "libertad"? Malditos seais todos los políticos que matáis haciéndoos pasar por corderitos y por defensores de los derechos de todos, cuando no son más que unos cuantos.
Mientras los gobiernos del mundo no actúen de manera natural, sin pensar en pasar a la posteridad por sus "logros", jamás se llegará a un Estado realmente libre. Tengo a los amigos que me da la gana y no tengo que soportar a gente con la que no comparto nada. Siempre me he considerado libre y si le preguntan a la gente de otras razas, siempre los he tratado con respeto. Pero nada más. No pretendan que me vaya de fiesta, porque no lo comparto. No lo olviden, mis lectores: los que fomentan el racismo son los mismos políticos.