La lengua española está de enhorabuena este año por la concesión del Premio Nobel de Literatura a Mario Vargas Llosa. Polémicas y simpatías aparte, puesto que el premio se concede a su obra y no a su persona, merece la pena destacar que todavía el español conserva una salud vigorosa, más allá de los intentos de los nacionalistas españoles y de los caciques defensores del indigenismo subdesarrollado.
La Historia del Español es la Historia de todos. Cada día, cada instante, con cada pensamiento, contribuimos a que el español siga fortaleciéndose. El español es la segunda o tercera lengua (dependiendo de las fuentes) más hablada del mundo. No creo que seamos capaces de entender lo maravilloso que es esto. Significa que existen muchas posibilidades de que el interlocutor que nos encontremos en un viaje, en una convención o incluso en un destierro o naufragio, sea capaz de entender nuestras peticiones, ideas u objetivos.
Y sin embargo nos avergonzamos.
Es la misma historia que se repite una y otra vez. Para los chavistas o moralistas (de Morales, digo) el español es el idioma de la extorsión; para los catetos nacionalistas (esos absurdos nacionalistas catalanes, gallegos, vascos y en menor medida asturianos, canarios, andaluces, aragoneses y hasta leoneses) la lengua española no es más que la lengua "de otros", del Estado, de los que "no son como yo". Y no entienden estos cretinos que el español es la lengua que nos une a todos en una patria común, en un sentimiento común, y que nos permite llegar a entablar lazos que de otra manera sería muy difícil conseguir.
Los publicistas y los horteras dicen "shopping" en lugar de decir "ir de compras"; puenting (término que no existe ni en inglés) por "salto al vacío"; fase de "permising", "licensing", "confirming", etc. cuando las palabras permisos, licencias o confirmaciones son iguales a las primeras. Decir "lay-out"(leído leiaut) por diseño o distribución. Podríamos decir que es un absurdo. Esto no conduce sino a la confusión. Uno ya no sabe cómo hablar porque las palabras de moda hace 2 años ya no lo están. Finalmente, se pierden las dos, la española y la inglesa.
Por último internet y los mensajes cortos de telefonía (SMS). No hay quien los entienda. Lo peor es que incluso las abreviaturas no son propias de los jóvenes, sino de los jóvenes de una región-ciudad determinada. Esto significa el cantonalismo del lenguaje.
Recuerdo no hace mucho que visitando una iglesia encontré una inscripción del siglo XVIII que hablaba sobre la aparición de la virgen en tal lugar. Lo curioso fue que, aunque estaba escrito en español perfectamente entendible, las palabras, por falta de espacio contenían sólo abreviaturas. Donde había que decir "milagro" decía "mgr" o donde decía "año" decía "a.". Era literalmente ilegible, porque además, como bien saben, el español ha evolucionado y donde ahora se dice "le dijimos" antes se decía "dixímosle". Al acercarme a dicha inscripción, más de cerca, pude ver unas pequeñas letras anexas a las grandes que permitían descifrar el código. Así pues, las nuevas tecnologías en ocasiones no ayudan tampoco demasiado al fomento del español.
Y sin embargo, aún no flaquea este viejo español.
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