Otro año más viene la semana más importante de la vida del cristiano. Esta vez, además, acompañada de la presencia de un nuevo papa.
Resulta francamente curioso que esta fecha antaño tiempo de reflexión e introspección cristiana ahora se muestre un tiempo de expectación por las vacaciones. Pero ése es otro tema. Hoy me gustaría ver la Semana Santa desde el riguroso lado de la ciencia.
La Pascua coincide, desde tiempos centenarios de tradición judía, con la primera luna llena de primavera. Este hecho convierte a la Semana Santa en una fecha arbitraria, que cambia anualmente en una horquilla de aproximadamente 6 semanas. Así la semana Santa como mínimo comienza un día 13 de marzo como Viernes de Dolores y termina como muy tarde un día 25 de abril como Domingo de Resurrección.
Comúnmente ha existido en épocas recientes, y más aún desde que comenzó el fenómeno de la globalización, el caso de que la Semana Santa puede provocar una serie de incompatibilidades de tipo económico entre diversos países y culturas, similarmente a como lo hacen los husos horarios. En cualquier caso, se han propuesto varias alternativas para intentar superar esta situación temporal.
El cálculo de la Pascua (Domingo de Resurrección) es como sigue:
- La Pascua siempre es en domingo.
- No puede coincidir nunca con la Pascua Judía
- El día de Pascua debe ser el siguiente domingo al primer plenilunio de primavera.
Por tanto, de aquí se deduce que el día mínimo en que puede ocurrir una Pascua, considerando que el 21 de marzo es el equinoccio de primavera, es el 22 de marzo. En este caso:
- Primer día de primavera: 21 de marzo
- Primer plenilunio: 21 de marzo
- Si el plenilunio cae en sábado: Pascua el 22 de marzo (domingo).
Nótese que no puede ser el 21 de marzo domingo, ya que la Pascua Judía coincide siempre con el día de plenilunio y por tanto, en caso de coincidir el plenilunio el 21 de marzo, la fecha se traslada al siguiente domingo, para no coincidir ambas fechas (es decir, al día 28 de marzo).
En cambio, si el día 20 de marzo hubiera sido plenilunio, la fecha de Pascua se trasladaría, considerando que la luna tiene 29 días de ciclo, al 18 de abril, que en caso de ser domingo nos llevaría al 25 de abril como fecha de Pascua para evitar que coincidiera con la Pascua Judía.
Así resulta fácil la explicación de este otro "misterio pascual".
Comúnmente ha existido en épocas recientes, y más aún desde que comenzó el fenómeno de la globalización, el caso de que la Semana Santa puede provocar una serie de incompatibilidades de tipo económico entre diversos países y culturas, similarmente a como lo hacen los husos horarios. En cualquier caso, se han propuesto varias alternativas para intentar superar esta situación temporal.
El cálculo de la Pascua (Domingo de Resurrección) es como sigue:
- La Pascua siempre es en domingo.
- No puede coincidir nunca con la Pascua Judía
- El día de Pascua debe ser el siguiente domingo al primer plenilunio de primavera.
Por tanto, de aquí se deduce que el día mínimo en que puede ocurrir una Pascua, considerando que el 21 de marzo es el equinoccio de primavera, es el 22 de marzo. En este caso:
- Primer día de primavera: 21 de marzo
- Primer plenilunio: 21 de marzo
- Si el plenilunio cae en sábado: Pascua el 22 de marzo (domingo).
Nótese que no puede ser el 21 de marzo domingo, ya que la Pascua Judía coincide siempre con el día de plenilunio y por tanto, en caso de coincidir el plenilunio el 21 de marzo, la fecha se traslada al siguiente domingo, para no coincidir ambas fechas (es decir, al día 28 de marzo).
En cambio, si el día 20 de marzo hubiera sido plenilunio, la fecha de Pascua se trasladaría, considerando que la luna tiene 29 días de ciclo, al 18 de abril, que en caso de ser domingo nos llevaría al 25 de abril como fecha de Pascua para evitar que coincidiera con la Pascua Judía.
Así resulta fácil la explicación de este otro "misterio pascual".