Terrible. No hay otra manera de describir lo que ha ocurrido en Francia. Terrible.
Me gustaría que volvieran a releer las entradas anteriores, las cuales se escribieron hace muchos meses. Verán que podrían aplicarse a hoy. No se trata de que este servidor sea un profeta, sino que el tema del Estado Islámico era mucho más profundo y radical de lo que la mayoría pensaba.
¿Y ahora qué?¿Qué hacer cuando varios radicales irrumpieron en una sala de conciertos llena de gente y mataron a decenas de ellos?
No voy a consentir, como jamás consentí, que lo políticamente correcto me ciegue. No, dejemos ya lo políticamente correcto y actuemos. Occidente debe reformarse u Occidente desaparecerá tal y como hoy lo conocemos. Y será antes de lo que pensamos.
Ayer, mientras Hollande estaba reunido con las cámaras de Francia, entendí por qué va a cometerse un tremendo error al atacar a Estado Islámico. Como ya saben, Hollande considera que Francia está en guerra con Estado Islámico y va a ordenar bombardeos. Esa medida es estúpida. Esa medida es tremendamente errónea y traerá consecuencias.
Fíjense en un detalle que refleja hasta qué punto está perdida de antemano una guerra con Estado Islámico. Cuando ayer cantaban el himno de Francia, La Marsellesa, todos aquellos políticos y diputados, que aunque no podría asegurarlo superaban los 500 o 600, entendí que Francia va a una guerra suicida, si es que finalmente va (una cosa es enviar aviones y otra muy distinta combatir al enemigo cuerpo a cuerpo). Pueden observar, si ven nuevamente las imágenes, como ninguno entonaba el himno con pasión. Ira, esa era la pasión con la que tenían que cantar el himno. Sin embargo, cantaban la que quizá es la canción histórica más alentadora de Europa con un pasmoso pesar. Es imposible ganar algo, superar algo, si el espíritu con el que se va es derrotista.
Lo extraño del tema es que incluso el himno hace referencia a algunos conceptos referentes a la guerra que fuerzan inevitablemente al sentimiento violento. ¡Y sin embargo nadie se excitó entonando el himno!
Todo esto me dio qué pensar. Nuevamente insisto en ideas que otras veces he expresado en este foro. Francia no es comparable en ímpetu a Estado Islámico. Occidente mismo no es comparable. Falta espíritu. No ha de confundirnos, sin embargo, esta afirmación: espíritu no significa violencia. A la gran mayoría de republicanos estadounidenses no les falta violencia, pero les falta espíritu. Eso le sobra a Estado Islámico: tienen un objetivo concreto, que es la reunificación musulmana (aunque dicen que quieren acabar con occidente, es más una cuestión de propaganda que real). Tienen también una ideología concreta y unos valores concretos, que sí, pueden ser monstruosos, pero que les hace afianzar su pertenencia a un grupo. Occidente en cambio tiene un objetivo más limitado, acabar con ellos, pero lo que Occidente no entiende es que su ideología está muerta.
Un ejemplo de esta falta de ideología, el cual he puesto ya muchas veces, es la defensa de cualquier valor democrático, por inoportuno que sea. Las personas, todas, sean occidentales, musulmanes o de extremo oriente, desean vivir en paz y que si esta paz se perturba se haga justicia. Esta es la clave que no ha entendido Occidente. Una gran cantidad de movimientos musulmanes han surgido por la incapacidad de Occidente para solucionar problemas en Oriente Medio, problemas que emanaban de una búsqueda de la justicia, pero que los intereses occidentales evitaban aplicar. El ejemplo más claro ha sido y será le introducción de Israel en su actual ubicación después de la Segunda Guerra Mundial. Se han cometido y se cometen injusticias y los pueblos las rechazan. Y cuando encuentran al culpable buscan su propia justicia.
Los seres humanos somos justos. Las leyes deben ser justas y en caso de ser injustas o cambiarlas o mantenerlas incluso cuando la injusticia se ceba con quien las promulgó. Es así como se solucionan los conflictos. La solución francesa, esa que consiste en entrar en guerra, es una solución simple y que realmente terminaría con el problema. La cuestión está en que Francia, nuevamente por ese miedo occidental al qué dirán, no expondrá a la muerte ni a un soldado. Eso no hará más que convertir en mártires a los posibles dirigentes a los que maten.
Dice un refrán que si matas la cabeza matas el cuerpo. Esto es verdad siempre y cuando la cabeza sea fundamental. Pero en un grupo de miles de terroristas (caso inédito en la Historia) y millones de simpatizantes capaces de convertirse en terroristas aficionados, es imposible acabar con la cabeza, porque de hecho seguramente haya varias cabezas y estas pueden reorganizarse.
Señores políticos occidentales, en especial a los más jóvenes, la salvación de la cultura occidental no está en la cultura de la paz, sino en la cultura de la justicia. Si hemos sido atacados, ataquemos, con un contingente tan grande como jamás se haya visto. Pero si somos incapaces de hacer esto, reculemos y admitamos que ellos mismos solucionen sus problemas y no juguemos a ser árbitros de un mundo en el que cada vez pintamos menos.
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