Translate

viernes, 10 de agosto de 2012

Animaladas y humanizaciones. Comunistas y comodones

No me deja de sorprender este mundo. Todo lo que ocurre en este mundo es predecible, pero en ocasiones nos imaginamos cosas que tienen tan poca probabilidad de ser real que... Lo confieso, a veces no doy crédito a lo que oigo, leo o veo.

De los últimos pensamientos que pude leer, no hace mucho tiempo atrás, fue el caso de un foro de divulgación anti-taurino en el que se criticaba, obviamente, el uso y maltrato de animales en espectáculos públicos. El caso es que lo que más me llamó la atención fue ese rango despreciable que dan estos y otros ecologistas a los animales: el de humano.

Estos mismos ecologistas que odian a su propia especie, el ser humano, tratan de convertir a estos animales en personas, es decir, en lo que más odian. No me parece razonable entrar en valoraciones o polémicas, pero lo cierto es que estos mismos que critican a toreros y criadores de perros de pelea, que son los mismos que critican a quienes no ponen una cama cómoda y una mantita a su perro (por si tiene frío), son también los mismos que defienden el aborto y la eutanasia.

¡Odiosos falsos profetas! ¿Cómo os atrevéis al mismo tiempo a blasfemar doblemente contra la especie de la que sois miembros? Por un lado, argumentáis que el maltrato animal es odioso. Yo os aplaudo, porque no tienen ningún sentido maltratar a un perro o a cualquier otro animal. Pero lo que no tiene lógica es maltratar a un árbol, a una estatua o a la casa del vecino. ¿Y quiénes defienden a estos dos últimos?¿Los ecologistas? ¡Vamos! El problema está en que ellos no entienden que todos nosotros, los humanos, también somos seres vivos y con sentimientos.

Ya he mencionado en otras ocasiones el problema que surge de humanizar lo que no es humano. Eso incluye humanizar a animales, cosas e incluso sentimientos. Es "más humano", según estos mentecatos, el amor homosexual que el heterosexual. ¡Ah, claro! No es humano el amor entre hombre y mujer, el único que puede crear vida humana.

El problema está en que no hace mucho pensábamos que todo esto era gracioso y hasta animábamos a quienes luchaban por ello, como si no hubiera más entretenimiento. Con la crisis hemos visto que esto no era más que una manera inmoral de hacer dinero, ya sea defendiendo animales o luchando por derechos inventados. ¡Ya está bien! ¿Es que nadie ve el transfondo económico?

En relación a este asunto, he podido escuchar recientemente lo ocurrido con el partido comunista de España. Ni más ni menos que han entrado en un centro comercial y han ¡expropiado los alimentos! Vamos, que los han robado, como hizo la Kirchner o Evo. Nacionalizar, expropiar... eufemismos para no decir robar. ¡Ladrones! Eso es lo que sois.

Estos señores decían luchar por los pobres y como un Robin Hood cualquiera, robaron para dárselo a organizaciones sociales y a familias gitanas y otras que ocupan ilegalmente viviendas de otras personas (algunas de las cuales son jóvenes con ganas de casarse y tener hijos pero que un malvado se ha apropiado de ella y ahora nadie puede sacarlos hasta que el maldito juez quiera).

Yo no creo en estos comunistas. Yo creo más bien que son com...odones. Gente que desea que los demás tengan sin que ellos den nada. A eso lo llamamos hipócrita. La hipocresía de los comunistas es y ha sido abrumadora: Hugo Chávez, Cuba, los chinos o los coreanos del norte son ejemplos muy claros de esa doble moral comunistas. Por un lado dicen que aman la libertad del pueblo. Tenemos que reírnos, pues ya ven ustedes cuáles son los dictadores más temidos. Luego dicen que su régimen asegura la subsistencia. Más bien aseguran la supervivencia mientras otros viven al amparo del régimen. Después de diez mil años de historia, el mundo vuelve a conocer a los faraones, pero en lugar de ser puestos por los dioses, éstos son puestos por ideas absurdas de un pueblo mediocre.

Demos gracias a Dios porque aún no haya triunfado el comunismo en EE.UU.

No hay comentarios:

Publicar un comentario