Había una máxima en el mundo de la enseñanza según la cual una lección era mejor aprendida cuanto más divertida le resulta al alumno. Una visión mucho más acertada sería aquella que dice que la lección queda retenida en la memoria cuando el alumno queda impresionado con la lección. Si se consigue captar la atención del alumno, es muy probable que la clase y la lección resulten provechosas.
Las matemáticas y la física han sido siempre áreas de conocimiento cuya docencia entraña cierta dificultad al profesor, ya que la mayoría de los alumnos no contemplan las matemáticas como una bella armonía de números y relaciones algebraicas, sino más bien como una jungla extraña repleta de peligros. Si a esto añadimos que una parte del profesorado de estas materias no poseen la preparación suficiente, lo lógico es que el índice de fracaso sea alto. Hay quien opina que se aprende enseñando. Más bien es lo contrario, se enseña aprendiendo, o este es el objetivo que todo docente debería plantearse, sobre todo cuando sus alumnos no son capaces de quedarse, al menos, escuchando la lección.
Este conflicto, aunque se manifiesta en mayor grado en las enseñanzas técnicas, podría plantearse a todos los niveles y en todas las materias. Por doquier faltan maestros, auténticos magos de la transmisión de conocimiento. Además, los medios de comunicación, desde la televisión hasta internet, han provocado una disminución de la atención, ya que la información en ellos es de tal magnitud que provocan el mismo efecto que el empacho de una abundante comida. La intoxicación informativa, más que alimentar el conocimiento, provoca una confusión mental bastante aguda, sobre todo en aquellos grupos más influibles (niños y jóvenes).
Parece que hace unos 30 años, el titiritero Jim Henson logró crear una serie de productos televisivos que conseguían perfectamente unir el mensaje educativo con el entretenimiento. De sobra son conocidos los famosos Muppets (los Teleñecos) o Sesame Street (Bárrido o Plaza Sésamo en español). Sin embargo, estos programas, marcadamente infantiles, eran y son muy parecidos a otros que les siguieron, tanto en EE.UU. como en el resto del Mundo (por ejemplo, los Teletubbies). En cualquier caso, la calidad técnica, conceptual y el enfoque apolítico de los programas de Henson, incluidas cualesquiera insinuaciones acerca de temas polémicos como la homosexualidad, el racismo u otros, hacían a dichos programas muy superiores a los posteriores.
De todas formas, los personajes de Henson estaban claramente enfocados al público infantil, salvo algunos programas como el Cuentacuentos, destinado a un público más juvenil y a la familia en general, o Fraggle Rock. Esto hace que ver un capítulo de los Teleñecos resulte un tanto ñoño y pedante en algunos casos (como cuando la cerdita Peggy trata de ser novia de la ranita René o Gustavo) y sus chistes poco atractivos.
El caso de Fraggle Rock es distinto. Sin duda, es el programa de Henson no sólo más inteligente sino el más divertido, no sólo para los niños, sino también para el público adulto. Tanto el guión como los personajes hacen referencia no sólo a valores humanos como la amistad o el respeto, sino que en sí mismo el mundo de Fraggle Rock es una perfecta alegoría, que enlazaría incluso con algunos mitos antiguos de la cultura occidental.
El mundo de Fraggle Rock mantenía una extraña relación entre todos los personajes y especies. Además, cada una de estas especies correspondía o se podía identificar con diversos sectores de la sociedad estadounidense u occidental en general. El universo Fraggle está constituido, básicamente, por tres mundos:
Mundo humano: los humanos habitan en la superficie. El mundo humano, en el que habitamos también los espectadores, forma parte de antiguas leyendas fraggle, donde se hablaba de un extraño mundo incomprensible. El explorador Matt descubre una entrada a dicho mundo y decide explorarlo. Este mundo está habitado por criaturas extrañas y en muchos casos maleducadas, que son incapaces de pararse un segundo a pensar qué puede ser ese extraño ser diminuto que está explorando su mundo. Matt informa a su sobrino Gobo de todos sus descubrimientos. El mundo humano es una alegoría de lo que es la actual sociedad americana, con su excéntrico consumismo y su falta de actitud ante la investigación y el empirismo.
Mundo Fraggle: los Fraggle son una especie de seres de unos 30 cm (el doble que un liliputiense) que habitan en el subsuelo. Como bien explica el explorador Matt, los Fraggle piensan que son el centro del universo y que son la raza suprema del universo. Los Fraggle forman una sociedad sotisficada, muy parecida a la que la que plantean los mitos platónicos, donde lo principal es ser feliz y buscar el placer cantando, bailando, disfrutando, comiendo... Los Fraggle no trabajan, salvo para hacer cosas muy básicas (limpiar un cuarto, lavar la ropa, fabricar un utensilio, etc.), y no usan ni conocen el dinero. Esta sociedad feliz, sin embargo, es una sociedad incapaz de mantenerse a sí misma. Con el tiempo, los Fraggle han perdido perspicacia, no son emprendedores y su intelecto es escaso y lleno de prejuicios. Este mundo es una auténtica alegoría de la actitud puramente egoísta del estadounidense, que se considera miembro del ombligo del mundo y que se preocupa más de las cosas banales como la superbowl o comer hamburguesas que de los auténticos problemas sociales.
En el mundo Fraggle también abundan unas extrañas criaturas en miniatura llamados Curris o Inges. Estos curris son hombrecitos en miniatura que se dedican a la construcción de edificios y estructuras realizados con polvo de rábanos. Los Fraggle se comen sus estructuras sin misericordia y los Curris eternamente están construyendo. Su vida es la construcción. Ni los Fraggle se preocupan de los Curris ni los Curris de los Fraggle. Ambos grupos son completamente autónomos y parecen no valorar las virtudes del otro. Los Curris representan al sector industrial y financiero norteamericano, el cual construye y crea un mundo totalmente artificial sin importarle, por ejemplo, tapar completamente la casa de un Fraggle. Además, los Curris consideran que los Fraggle son un mal necesario: por desgracia se comen parte de sus construcciones y su riqueza, pero les permite mantener su sistema de construcción siempre vivo, convirtiéndose a la vez en clientes y proveedores del sistema constructivo.
Mundo Gori: por último, los Fraggle consiguen alimentarse a base de rábanos. El mundo Fraggle no tiene recursos, así que tiene que alimentarse del exterior. En el otro extremo del mundo Fraggle existe el mundo de los Gori. Los Goris son una familia compuesta por el Rey del Universo, la Reina y el Príncipe del Universo. No hay más Goris que ellos, así que si bien son reyes son al mismo tiempo los únicos habitantes del mundo, lo que les obliga a trabajar y cultivar la Tierra. Los Goris están siempre tratando de erradicar a los Fraggle, en especial el hijo, ya que se comen la cosecha. El mundo Gori es una alegoría de la sociedad occidental: siendo el punto opuesto del universo no significa un mundo feliz, sino un mundo distinto. Los Goris son la alegoría de la alta sociedad americana y de los nuevos ricos, que siendo mucho de ellos unos advenedizos, pretenden deslumbrar al mundo con su pomposidad. En cualquier caso, tampoco los Goris parecen ser una raza de seres inteligentes, sino más bien lo contrario: su extraordinario tamaño y fuerza son lo que les da el poder. Los Goris son todavía más ignorantes que humanos o fraggle, pero son más fuertes y violentos.
Por último, en el mundo de los Goris vive la Montaña de Basura. La Montaña de Basura lo sabe todo. A ella acuden los Fraggle a pedir consejo. La Montaña de Basura no es más que los desperdicios que dejan los Goris y ésta tiene vida propia. Al estilo de los oráculos griegos, predice el futuro. La Montaña de Basura representa la conciencia universal de los seres humanos y también quiere denunciar la prepotencia con la que diversas instituciones (políticos, religiones, grupos de presión...) aparecen defendiendo sus posturas, sin pensar que estos grupos viven en una constante inmundicia racional.
Fraggle Rock, a través de los distintos capítulos, hará descubrir al espectador que la vida puede tener una óptica distinta, no siempre acertada pero igualmente no siempre equivocada. Lo que los Fraggle consideran un mundo extraño y peligroso (el mundo humano) no es sino un sitio donde las personas viven con sus problemas cotidianos. La vida Fraggle, feliz y despreocupada, es únicamente posible porque otros seres (los curris) trabajan y se preocupan por ellos. Goris y Fraggles no son conscientes de que la raza humana es tecnológicamente y socialmente más avanzados que ellos, lo que les hace tener una visión parcial de la realidad del universo. Además, entre los propios Fraggle hay varias filosofías de vida: la intrepidez del aventurero Gobo, la práctica del deporte y el juego de Rosi, el pesimismo de Bombo, la apatía e ignorancia de Dudo (preocupado más bien en comer y no meterse en líos) o la idelista Musi, preocupada más por el plano espiritual que del plano físico de la realidad. En cada capítulo nos enseñan como a pesar de las dificultades y de sus defectos es posible ser feliz, ya que descubren como su estrechez de miras es lo que les impide llegar a ser más felices.
Fraggle Rock es sin duda un programa infantil, pero como le ocurría a los viajes de Gulliver, es realmente un programa adulto enmascarado. Lo más significativo es que aun siendo, como Gulliver, un programa y un libro con enfoque adulto, en ambas obras se evitan referencias sobre sexo, política o religión, sino que éstas se difuminan en lo auténticamente destacable: la estupidez y la falta de valores humanos.
Parece que hace unos 30 años, el titiritero Jim Henson logró crear una serie de productos televisivos que conseguían perfectamente unir el mensaje educativo con el entretenimiento. De sobra son conocidos los famosos Muppets (los Teleñecos) o Sesame Street (Bárrido o Plaza Sésamo en español). Sin embargo, estos programas, marcadamente infantiles, eran y son muy parecidos a otros que les siguieron, tanto en EE.UU. como en el resto del Mundo (por ejemplo, los Teletubbies). En cualquier caso, la calidad técnica, conceptual y el enfoque apolítico de los programas de Henson, incluidas cualesquiera insinuaciones acerca de temas polémicos como la homosexualidad, el racismo u otros, hacían a dichos programas muy superiores a los posteriores.
De todas formas, los personajes de Henson estaban claramente enfocados al público infantil, salvo algunos programas como el Cuentacuentos, destinado a un público más juvenil y a la familia en general, o Fraggle Rock. Esto hace que ver un capítulo de los Teleñecos resulte un tanto ñoño y pedante en algunos casos (como cuando la cerdita Peggy trata de ser novia de la ranita René o Gustavo) y sus chistes poco atractivos.
El caso de Fraggle Rock es distinto. Sin duda, es el programa de Henson no sólo más inteligente sino el más divertido, no sólo para los niños, sino también para el público adulto. Tanto el guión como los personajes hacen referencia no sólo a valores humanos como la amistad o el respeto, sino que en sí mismo el mundo de Fraggle Rock es una perfecta alegoría, que enlazaría incluso con algunos mitos antiguos de la cultura occidental.
El mundo de Fraggle Rock mantenía una extraña relación entre todos los personajes y especies. Además, cada una de estas especies correspondía o se podía identificar con diversos sectores de la sociedad estadounidense u occidental en general. El universo Fraggle está constituido, básicamente, por tres mundos:
Mundo humano: los humanos habitan en la superficie. El mundo humano, en el que habitamos también los espectadores, forma parte de antiguas leyendas fraggle, donde se hablaba de un extraño mundo incomprensible. El explorador Matt descubre una entrada a dicho mundo y decide explorarlo. Este mundo está habitado por criaturas extrañas y en muchos casos maleducadas, que son incapaces de pararse un segundo a pensar qué puede ser ese extraño ser diminuto que está explorando su mundo. Matt informa a su sobrino Gobo de todos sus descubrimientos. El mundo humano es una alegoría de lo que es la actual sociedad americana, con su excéntrico consumismo y su falta de actitud ante la investigación y el empirismo.
Mundo Fraggle: los Fraggle son una especie de seres de unos 30 cm (el doble que un liliputiense) que habitan en el subsuelo. Como bien explica el explorador Matt, los Fraggle piensan que son el centro del universo y que son la raza suprema del universo. Los Fraggle forman una sociedad sotisficada, muy parecida a la que la que plantean los mitos platónicos, donde lo principal es ser feliz y buscar el placer cantando, bailando, disfrutando, comiendo... Los Fraggle no trabajan, salvo para hacer cosas muy básicas (limpiar un cuarto, lavar la ropa, fabricar un utensilio, etc.), y no usan ni conocen el dinero. Esta sociedad feliz, sin embargo, es una sociedad incapaz de mantenerse a sí misma. Con el tiempo, los Fraggle han perdido perspicacia, no son emprendedores y su intelecto es escaso y lleno de prejuicios. Este mundo es una auténtica alegoría de la actitud puramente egoísta del estadounidense, que se considera miembro del ombligo del mundo y que se preocupa más de las cosas banales como la superbowl o comer hamburguesas que de los auténticos problemas sociales.
En el mundo Fraggle también abundan unas extrañas criaturas en miniatura llamados Curris o Inges. Estos curris son hombrecitos en miniatura que se dedican a la construcción de edificios y estructuras realizados con polvo de rábanos. Los Fraggle se comen sus estructuras sin misericordia y los Curris eternamente están construyendo. Su vida es la construcción. Ni los Fraggle se preocupan de los Curris ni los Curris de los Fraggle. Ambos grupos son completamente autónomos y parecen no valorar las virtudes del otro. Los Curris representan al sector industrial y financiero norteamericano, el cual construye y crea un mundo totalmente artificial sin importarle, por ejemplo, tapar completamente la casa de un Fraggle. Además, los Curris consideran que los Fraggle son un mal necesario: por desgracia se comen parte de sus construcciones y su riqueza, pero les permite mantener su sistema de construcción siempre vivo, convirtiéndose a la vez en clientes y proveedores del sistema constructivo.
Mundo Gori: por último, los Fraggle consiguen alimentarse a base de rábanos. El mundo Fraggle no tiene recursos, así que tiene que alimentarse del exterior. En el otro extremo del mundo Fraggle existe el mundo de los Gori. Los Goris son una familia compuesta por el Rey del Universo, la Reina y el Príncipe del Universo. No hay más Goris que ellos, así que si bien son reyes son al mismo tiempo los únicos habitantes del mundo, lo que les obliga a trabajar y cultivar la Tierra. Los Goris están siempre tratando de erradicar a los Fraggle, en especial el hijo, ya que se comen la cosecha. El mundo Gori es una alegoría de la sociedad occidental: siendo el punto opuesto del universo no significa un mundo feliz, sino un mundo distinto. Los Goris son la alegoría de la alta sociedad americana y de los nuevos ricos, que siendo mucho de ellos unos advenedizos, pretenden deslumbrar al mundo con su pomposidad. En cualquier caso, tampoco los Goris parecen ser una raza de seres inteligentes, sino más bien lo contrario: su extraordinario tamaño y fuerza son lo que les da el poder. Los Goris son todavía más ignorantes que humanos o fraggle, pero son más fuertes y violentos.
Por último, en el mundo de los Goris vive la Montaña de Basura. La Montaña de Basura lo sabe todo. A ella acuden los Fraggle a pedir consejo. La Montaña de Basura no es más que los desperdicios que dejan los Goris y ésta tiene vida propia. Al estilo de los oráculos griegos, predice el futuro. La Montaña de Basura representa la conciencia universal de los seres humanos y también quiere denunciar la prepotencia con la que diversas instituciones (políticos, religiones, grupos de presión...) aparecen defendiendo sus posturas, sin pensar que estos grupos viven en una constante inmundicia racional.
Fraggle Rock, a través de los distintos capítulos, hará descubrir al espectador que la vida puede tener una óptica distinta, no siempre acertada pero igualmente no siempre equivocada. Lo que los Fraggle consideran un mundo extraño y peligroso (el mundo humano) no es sino un sitio donde las personas viven con sus problemas cotidianos. La vida Fraggle, feliz y despreocupada, es únicamente posible porque otros seres (los curris) trabajan y se preocupan por ellos. Goris y Fraggles no son conscientes de que la raza humana es tecnológicamente y socialmente más avanzados que ellos, lo que les hace tener una visión parcial de la realidad del universo. Además, entre los propios Fraggle hay varias filosofías de vida: la intrepidez del aventurero Gobo, la práctica del deporte y el juego de Rosi, el pesimismo de Bombo, la apatía e ignorancia de Dudo (preocupado más bien en comer y no meterse en líos) o la idelista Musi, preocupada más por el plano espiritual que del plano físico de la realidad. En cada capítulo nos enseñan como a pesar de las dificultades y de sus defectos es posible ser feliz, ya que descubren como su estrechez de miras es lo que les impide llegar a ser más felices.
Fraggle Rock es sin duda un programa infantil, pero como le ocurría a los viajes de Gulliver, es realmente un programa adulto enmascarado. Lo más significativo es que aun siendo, como Gulliver, un programa y un libro con enfoque adulto, en ambas obras se evitan referencias sobre sexo, política o religión, sino que éstas se difuminan en lo auténticamente destacable: la estupidez y la falta de valores humanos.